domingo, 5 de julio de 2015

Karol Rybakowski

A mi punto de vista, para hacer dibujos en realismo, 3D, retratos, hiper-realismo, se debe saber capturar e interpretar, plasmar la esencia en si de lo que se esta dibujando. Para lo cual se debe saber de técnicas, tener experiencia, hacerlo con ganas, con amor, etc. Y después de ver miles de tatuadores y otros miles de tatuajes, creo que encontré a la persona que a mi parecer es el mejor tatuador de realismo en el mundo.

Desde el estudio Ink-Ognito Tattoo ubicado en la ciudad de Rybnik en Polonia, quiero presentarles a quien sin duda admirarán y hará volar su mente. Con ustedes Karol Rybakowski.












Tatuajes Alrededor del Mundo

Protección, buenos augurios, estatus, o belleza, entre los significados que pueden tener los tatuajes, según investigadores.

Los de tipo temporal, hechos con henna, se usan tradicionalmente en las bodas de India y Marruecos, por una creencia vinculada a la protección.





Los especialistas exponen que las modificaciones corporales y los tatuajes toman su significado dependiendo de la cultura en la que se practiquen.

Entre los tatuajes históricos destacan los de la Dama de Cao, de Perú, una momia de la cultura moche que data de entre los siglos I al VIII d.C., y que fue descubierta en 2005.





Dicha momia, cuenta la antropóloga Carmen Lechuga, estaba cubierta de un mineral llamado cinabrio, y conservaba tatuajes en antebrazos, manos y pies, con figuras de arañas, serpientes, caballos de mar y otros animales. Se cree que el personaje era una gobernante y que poseía dotes sobrenaturales relacionados con la pintura permanente de su cuerpo.





También resalta la técnica que las mujeres usaban en China para modificar sus pies y colocarse zapatos diminutos, condición que se creía les daba estatus y posibilidades de conseguir un mejor arreglo matrimonial. Tal tradición inició en el siglo XIX y fue prohibida en 1911, debido a que implicaba la deformación del pie desde temprana edad para conseguir que sólo midiera 10 centímetros.






En Polinesia algunas personas se tatúan el cuerpo completo, un trabajo que se realiza a lo largo de la vida del individuo, y según la antropóloga Rafaela Cedraschi “es una especie de armadura añadida al cuerpo, todos esos adornos son un lenguaje, un código que habla de cosas valiosas para ellos”.






En Samoa, el tatuado se realiza con una especie de peine con dientes agudos, el cual se martilla sobre la piel para que el tinte penetre. Debido al tiempo que implica y al dolor que produce, se requieren muchas sesiones para plasmar una imagen.






En Nueva Zelanda es único el diseño en cada individuo porque cada trazo describe la historia de vida de la persona.

Las escarificaciones africanas, que son diseños sobre la piel que se hacen al realizar cortes repetitivos para obtener una cicatriz en alto o bajorrelieve, y se “tallan” a lo largo de la vida. “Es un código impuesto sobre la naturaleza del cuerpo. La escarificación es considerada marca de cultura, de civilización; denota identidad y pertenencia”, agrega Rafaela Cedraschi.







Diversas Escuelas Le Ponen Tinta a la Piel: El Tatuaje



Una vez que se limpia el área de la piel donde irá el diseño, se coloca el esténcil y se enciende el motor de la máquina -cuyo sonido produce una sensación de cosquilleo-, no hay vuelta atrás. El dolor de las agujas, que se siente con mayor intensidad en áreas como las costillas, cuello o estómago, es señal de que la tinta está penetrando la epidermis y, a partir de ese instante, formará parte del organismo para siempre.


Este ritual, considerado también como una expresión artística cuyo principal lienzo es la piel, ha trascendido la barrera del tiempo y ha evolucionado hasta incorporarse, en mayor o menor medida, en el imaginario de la sociedad. Remontándonos a la época de los Maoríes, en la Polinesia; pasando por los maestros del Irezumi o tatuaje tradicional japonés; y navegando con los marineros y expedicionarios que introdujeron esta práctica en Occidente, el tatuaje se ha adaptado a una amplia gama de escuelas y diseños que lo identificaron, gracias a sus características propias.


En Quito, como en buena parte de ciudades de América y Europa, es posible observar trabajos que se enmarcan en diferentes estilos: tradicional, ‘old school’, chicano, realismo, grises, retratos, religiosos… además de las tendencias contemporáneas, caracterizadas por incluir elementos coloridos, caricaturescos, lineales e incluso abyectos que rozan con lo bizarro y fuera de lo común. Jorge Muñoz, tatuador con seis años de experiencia, más conocido como ‘Pirata’, se especializa en las formas plagadas de color, de texturas, que como él mismo dice, “te transmiten algo”. Mientras revisa sus citas agendadas, confiesa que en la ciudad aún predominan los modelos considerados ‘de moda’, como el símbolo del infinito, estrellas de cinco puntas, letras chinas, árabes o mariposas.


En menor cantidad -reconoce- hay quienes optan por un trabajo diseñado en base a ideas propias. Y en el último eslabón están los que se aventuran por las nuevas formas. Una de ellas es Adriana Balarezo, portadora de un llamativo diseño de una bailarina con cuerpo de pulpo, en el que combinó su pasión por la danza y la atracción que en ella produce la vida en el mar. Alejandro Hurtado, en cambio, optó por el realismo gris para plasmar los rostros de cuatro animales: águila, león, búho y tigre. El autor de esta obra que ocupa el 50% de la cara interna del antebrazo, es Eddie Pérez, propietario del local Punto 88, localizado en Los Chillos. Él se especializa en el ‘chicano style’, grises y letras. Mientras concluye con el sombreado del ave, que simboliza fortaleza, cuenta que siempre se da opciones a los clientes para que representen temas relacionados con lo que viven y se les asesora sobre qué podría quedar bien y qué no. Esta interacción -clientes, tatuadores, diseños- se popularizó y extendió en el mundo gracias a la pantalla chica.


En programas como Ink Master, New York Ink, Worst Tattoos, son los resultados finales, después del dolor y sufrimiento, los protagonistas del show. Tanto Muñoz como Vera coinciden en que estos ‘realities’ expanden las posibilidades de modelos y reivindican la condición de quienes llevan tatuajes, injustamente relacionados con el crimen, bajo mundo o pandillas. Así, entre agujas, sangre y pigmentos, el tatuaje se impregna en el mundo contemporáneo, como una forma artística de diferenciación. Más tendencias Alrededor del mundo se consolidan estilos que rompen con los modelos tradicionales.


Amanda Wachob, por ejemplo, elabora obras con colores que dan la sensación de que en verdad se trata de un ‘brochazo’ real sobre la piel. Otros, como Chaim Machlev, de Alemania, llevan a niveles superiores con los tatuajes geométricos, hechos en tinta negra, que se combinan con sombras producidas por efectos ópticos. Alice Carrier, en cambio, lleva la onda vintage a la ambientación producida en sus obras. Sus trabajos tienen un aire de eterno ‘otoño’, como si el tatuaje también retrocediese en el tiempo. Lo macabro, afísico y surreal, además de la combinación de elementos como líneas y objetos de la cultura pop, son otras alternativas válidas.